¿Que Es 4K?
Y con la llegada del cine digital hoy día ya es una realidad la extinción de la película química de 35 milímetros, "Adios al celuloide".
Por lo que nuestra empresa a dado el vertiginoso cambió y bienvenida a la nueva tecnología diseñada para la producción de cine digital.
El 4K es una nueva resolución de vídeo donde tenemos 4096 x 2160 pixeles. Esto representa 2 veces la resolución del cine digital de 2K y 4 veces las imágenes de Alta Definición.
En el mundo del cine, las estructuras de granos menores permiten imágenes más detalladas. En la migración a digital, los píxeles sustituyen los granos como elementos básicos de una imagen. Cuanto más pequeño el tamaño de píxel y mayor su número, las imágenes serán más detalladas y realistas.
Una ventaja adicional de la gran resolución de los sistemas 4K es que su tamaño de píxel en pantalla es muy pequeño, aproximadamente un cuarto del tamaño de los píxeles que aparecen en proyectores 2K HD equivalentes. El tamaño de los píxeles resulta importante para los miembros de la audiencia sentados en las primeras filas.
Además del cambio de resolución tenemos un aumento de la profundidad de color que permite usar vídeos de 10 o 12 bits.
Más unas tasas de fotogramas por segundo entorno a los 50 o 60 cuadros.
El principal y más claro beneficio de este formato es una mayor definición.
Las butacas en gradas son cada vez más populares en los cines para poder sentar a más gente más cerca de la pantalla y poder así disfrutar más de la experiencia.
El uso de sistemas de proyección 4K evita que aquellos sentados en primera fila noten la configuración de los píxeles típica de los proyectores de baja resolución.
Las imágenes cuentan con más pixeles y se pueden conseguir imágenes detallas que lucen mejor, más realistas, con un mayor rango dinámico y sin saltos apreciables en degradados.
Otro de los beneficios que ofrece el 4k es la posibilidad para el recorte de imágenes en edición y post-producción, sin perder la calidad de ellas.
Crear varias imágenes a partir de una sola toma es posible, por ejemplo, grabando un plano general para luego elegir los encuadres y elegir planos más detallados.
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ContactoEl fin del celuloide
El fin de una era, o más bien de toda una historia, podría decirse sobre el tema que ya más que creencia es una certeza repetida a voces:
La muerte del Celuloide como columna vertebral, vehículo, alma y vida del cine.
Incluso, excelente nombre para una película, aunque nada tuviese que ver con el material que a lo largo de los años ha hecho posible la magia del cine.
El celuloide comienza su mutis empujado por el formato digital.
Quizá el primer, o más bien gran campanazo de anuncio de la cercana defunción llegó en 2009, cuando el considerado director más taquillero en la historia del cine, James Cameron estrenó Avatar.
Entonces la gran mayoría de salas estadounidenses que hasta ese momento no había considerado necesario moverse en dirección a... tuvo que adaptar sus proyectores, porque el nuevo filme llegaba únicamente para salas adaptadas a
formato digital y los aparatos convencionales ya no podrían proyectarla.
Más de 10.000 salas, sólo en EE UU tuvieron que “correr” y transformarse, pero los más de 2.000 millones de dólares de recaudación mundial del filme justificaron el esfuerzo.
Un par de años después, a finales del 2011, llegó Christopher Nolan con su El caballero oscuro: la leyenda renace, la tercera entrega de su saga de Batman. Pero éste, contrario al tecnificado Cameron,
defendia la vigencia del celuloide y su relevancia del formato, destacando que habían que defenderlo de forma contundente, porque si no estaría condenado a desaparecer.
Sin embargo, la defensa más parecía un réquiem, sólo la defensa de un nostálgico que no parece para nada, detener la marcha inexorable del tiempo, la tecnología y la sustitución lógica.
Y las predicciones comenzaban a hacerse realidad y la sustitución a tomar forma. John Fithian, presidente de la National Association of Theatre Owners (el gremio de exhibidores de Estados Unidos)
anunciaba que “nadie debería confiar en que la distribución de copias en celuloide dure mucho más”.
Casi al unísono (todo eso sucedido en el 2011) Fox anunció su intención de dejar de producir en el formato para pasarse al digital, ¿y la fecha límite? fue el 2013.
En realidad no había sido sólo Nolan el defensor a ultranza del viejo método, porque otras figuras del prestigio de Sam Raimi y Spielberg, entre otros, trataban de proteger al viejo celuloide de su muerte anunciada como en una crónica.
Pero en realidad nada qué hacer: los creadores independientes comienzan a resucitar con el nuevo formato y la posibilidad de trabajar a costos bajos que sí pueden enfrentar; los grandes estudios han dinamitado, literalmente, los precios
de distribución, haciéndolos caer de los 1,550 dólares de una copia en 35 mm a menos de 130 de una copia digital; millones de dólares menos en copias de, por ejemplo, una súper producción.
Es tal la velocidad de conversión de las salas al nuevo formato, que en un artículo publicado por la revista cinematográfica Hollywood Reporter, Michael Karagosian presidente de una de las consultoras más potentes en asuntos
cinematográficos a nivel mundial, MKPE, señaló que en el 2015 más del 90 % de las salas de cine del mundo proyectarán sólo en forma digital.
Laboratorios como Fujifilm, Kodak, Technicolor o De Luxe, de los principales proveedores de película, ya han anunciado el inminente final de sus producciones ante el embate de la nueva tecnología.
En fin, pese al romanticismo de algunos (que consideran que el cine perderá su verdadera identidad con el cambio de formato), la realidad es que el salto hacia adelante es ya un hecho consumado,
y un mundo donde el 3D crece y se multiplica un día sí y el otro también, dejando al anticuado estándar de los 24 cuadros por segundo bajo el embate de las ruedas de los 48 e incluso de los 60
(se afirma que Avatar 2 se va a proyectar a esa velocidad) las nuevas velocidad que la era digital trae.
La mejor calidad a menor costo de las técnicas digitales relega el uso de la cinta en el cine.
Los románticos del cine más puro, como nuestro querido Totó de «Cinema Paradiso», esos que gustan del ruido del proyector de 35 mm. durante una película, tienen los días contados.
Porque el mundo tecnológico es insaciable e imparable, y su vertiginoso desarrollo también afecta al panorama del sector cinematográfico. El inaplazable «apagón» del celuloide provocará la forzosa conversión de los sistemas
de proyección de las salas de cine para poder ofrecer los contenidos en formato digital.La próxima revolución en la pantalla grande, el salto del carrete con película química de 35 milímetros de ancho al proyector digital, es imparable.